domingo, 12 de mayo de 2013


Volvió a ocurrir, tan inusual como otras veces, tan aterrador como siempre, y tan perfecto que no logro entenderlo.
Esta vez todo transcurría en una vieja y gran casa del siglo XVII, en ella parecía vivir una familia importante, con mucho dinero, se veían felices, con lo poco que pude verlos. Había muchos niños, algunos parecían ser amigos de los niños que si vivían ahí, una chica mayor, hermosa como ninguna, y el padre, refinado y calculador. No puedo decir mucho mas de esta familia, pues solo podía verlos muy superficialmente desde mi puesto en "ningún lugar" en ese plano.
Parecía un lugar realmente pacifico, hasta que vi que a la puerta de esa casa llegaba un paquete, una caja de madera verdaderamente grande, y la sirvienta la llevaba a la sala de estar con esfuerzo. Dentro, según creo, había una gran cantidad de planos, no estoy segura de cual era la finalidad de los planos, presumo que parecían ser de la casa, y el padre discutía acerca de ellos con otro hombre mayor, quizás fuera un amigo, pero se veía interesado por lo que fuera que el padre, dueño de la casa en la que transcurrió todo esto, le decía.
Todo parecía normal hasta este punto, un sueño sin nada de especial, solo un momento mas en la vida de algún burócrata de ese siglo, pero que alguien me diga por favor ¿porque tenia que pasar lo siguiente?. 
¿Alguna vez has sentido la necesidad de salir huyendo de una situación? ¿De levantarte de donde estas, abrir la puerta y poder ignorar lo que esta sucediendo, pero no poder? Entonces entenderás el horror que se siente.
Poco a poco los niños comenzaron a sentirse mal, dejaron de jugar y empezaron a quejarse de fuertes dolores, las sirvientas no lo entendían, no podían ayudarles, y de un momento a otro, la piel de el rostro de esos niños comenzó a agrietarse y sangrar, no parecían llorar, lo cual era bastante raro, ya que la piel de esos niños comenzó a caer, dejando ver musculo e incluso hueso, y la demás piel del cuerpo seguía agrietándose lentamente. El padre parecía no poner mucha atención a ello, estaba ocupado con sus planos y el otro hombre. Fuera lo que fuese, las sirvientas comenzaban a sentirlo también, y sus rostros se desfiguraban, perdiendo piel, en cuestión de horas, creo yo, nadie en la casa estaba libre de ese mal, nadie excepto el padre y el hombre mayor. 
Fue entonces que al fin pude escuchar al padre hablar. Le daba una libreta a una de las sirvientas, una mujer de no mas de cuarenta años, y le pedía que anotara como se veían lo niños, las demás sirvientas, e incluso la chica, que era de suponer, también era su hija y padecía lo mismo. La sirvienta se rehusó al principio, alegando que le daba asco y tristeza ver a sus amigas y a los niños de esa manera, a lo que el hombre dijo algo que me pareció horrible, inhumano, y me hizo pensar en lo morbidamente preciso que podía ser. 
"No te preocupes, no vivirás mucho"
El hombre se volvió a encerrar en una habitación con los planos y el hombre mayor, y la sirvienta se fue, triste, a cumplir su encargo.
Las ganas que tenia de huir de estas escenas me sobre pasaban, abría dado lo que fuera por irme de ahí en ese momento, lloraba por irme y no seguir viendo aquello, pero el narrador no puede irse de la historia, estaba amarrada una vez mas a un relato.
No paso mucho tiempo cuando los niños comenzaron a desaparecer, de pronto faltaba uno o dos,  eran muchos, ya había dicho, por lo que la falta de dos no era tan importante, pero cuando ya faltaban cuatro o cinco, los demás comenzaron a asustarse, no solo tenían el rostro y las manos con piel faltante, sino que ahora corrían el riesgo de desaparecer, pero yo, siendo el maldito narrador sabia que había ocurrido. Los niños estaban débiles y la sirvienta, intentando salvar a algunos los había intentado esconder, pero no pudo hacer mucho, los niños morían, al igual que las sirvientas.
El padre al fin salio de la habitación, colérico, echo una bestia: Su rostro comenzaba a agrietarse también, en unas horas también moriría.
Me di cuenta de que nadie se salvaría entonces, la casa entera, todos sus integrantes estaban infectados, incluso el hombre mayor, que quiso huir de esa casa en cuanto las primeras señales de piel faltante se hicieron latentes en sus propias mejillas, pero ya no podía huir, ni siquiera yo, la única persona no infectada, ya que yo no existía dentro de la casa. Era obvio lo que había pasado, y mientras todos morían, desde los niños hasta los hombres, pasando por la hermosa chica en su cuarto y las sirvientas, entendía que el hombre estaba por mejorar la casa, pero debía de deshacerse de todos los que estaban ahí, dentro de la caja, de alguna manera, estaba el virus, la sirvienta abrió la caja y se infecto, al igual que los niños que corrían cerca. La aterradora muerte seria considerada alguna brujería, y el hombre se quedaría con la casa, solo de nuevo. Pero había olvidado que la enfermedad era contagiosa, y cuando hablo con la sirvienta, se infecto también el, condenándose a si mismo. 
Es extraño que el narrador se quede hasta después, ya nada quedaba para contar, se me hizo raro seguir en esa casa entonces... hasta que me hice una ultima pregunta, ¿Donde estaba la madre? Así es, aun faltaba una pieza por develar, la madre había sido la primera victima del inhumano y codicioso hombre, el no trabajaba ¿de donde mas habría salido el dinero para esa casa si no era de una pensión por defunción? El hombre era inteligente, pero no brillante y la casa tendría siempre la fachada de estar embrujada, pero no había sido un fantasma esta vez, había sido ciencia, virus y avaricia.
Es horrible no poder escapar de un lugar en el que no quieres estar, pero mas horrible es intentar escapar de lo que vez mientras duermes, porque sabes que no podrás ni intentarlo.
(Escribo esto sin el afán de que lo lean, creo que torturarlos con esto no es mi idea de una buena mañana de domingo)

viernes, 3 de mayo de 2013

SueÑo VaGaBuNDo


Tuve una pesadilla bastante curiosa, toda una historia, un relato que casi he olvidado, pero tan poderoso como para forzar mi cerebro a recordar cuanto pueda de aquella gran historia que sucedió en menos de dos horas en tiempo real y cuatro días dentro de mi sueño. 
No solo era extraño, lo mas extraño era que no tenia nada que concordara con un sueño, al menos no de la forma habitual. No había cielos verdes ni animales que hablaran, yo no volaba, y de hecho yo nunca aparecí en el sueño, solo era una espectadora, un narrado casi omnipresente. 
No recuerdo con precisión todo el sueño, ni si había una historia mucho antes, solo puedo asegurar que no es el primero que tengo de este tipo, pero me gustaría pensar que es el ultimo.
Había un hombre, el "protagonista" de la historia, si así lo quieren ver, lo he visto en otros sueños, pero jamas recuerdo su rostro, pues no es alguien que conozca, no es alguien que exista en este mundo, y no pudo traer al mundo el recuerdo de alguien tan nítido que realmente no existe. Un sueño es solo un sueño, no tiene porque asustar a nadie, menos a los 19 años, pero esto estaba muy lejos de los sueños que la gente conoce; No era un sueño, pues era aterrador por ciertas razones, pero tampoco era una pesadilla, pues es increíble poder ver esa historia que jamas creí poder imaginar.
Tiempo atrás había tenido sueños así, y todos tienen un final en común, (ademas de otros varios factores) al final, el protagonista siempre se sacrifica para salvar a alguien.
No pude dormir desde las dos de la mañana que me desperté, y no es la muerte lo que me asusta de ese sueño, sino el hecho de que, al parecer, yo no aparezco en el sueño porque soy yo quien esta contando esa historia a otra persona. Dentro de esos sueño, soy como un Dios callado que mira con inquietud lo que creó sin darse cuenta.
Supongo que es cierto, la mente humana no ha sido estudiada ni un 10%, creo que el 90% restante intenta decirme algo.
Escribo esto aquí porque se que nadie lo leerá, tengo fe de ello, y si lo has leído, puedes ignorarlo libremente,de hecho, podría ser lo mejor que harías hoy. Suficientes problemas tienes con tu propia mente como para cargarte con otra.

lunes, 12 de noviembre de 2012

TieMPo LiMiTaDo


La tormentosa noche parecía que no daría tregua alguna a los habitantes de la ciudad, como si un mal se hubiese querido apoderar de la noche repentinamente ese día de verano. Rayos y relámpagos salidos de la nada llenaban el ambiente con furia, como si se tratara de alguien gritando molesto, como si alguien quisiese reclamar su derecho sobre algo… pero ¿Quién podría estar tan molesto?.
-Silencio!- decía una molesta voz a un bebe que lloriqueaba sin parar debido al escándalo que la tormenta emitía sin descanso alguno. –Me obligaras a decirlo!!- refunfuñaba una chica de cabellos cobrizos dando vueltas por la habitación.
La chica, de no mas de trece años miro con algo de molestia al bebe, que sin detenerse grito y lloro como si le estuviesen arrancando una pierna, pero ¿Qué podían esperar de un bebe de apenas un año? Ella sabía que no entendía que eran los rayos, ni la lluvia, ni el viento azotando una puerta, ni siquiera entendería completamente lo que ella le dijera…
Miro a su alrededor y sin pensarlo dos veces fue a su cuarto a buscar dentro de su gran caja de cosas, cosas que había estado juntando desde que tenía memoria, pero los dados, fichas curiosas y figurillas de plástico no llamaban del todo su atención esta vez, escondido bajo un fondo falso de la caja, había un pequeño librito, uno rojo, verdaderamente pequeño.
-Si no te callas…- canturreo la chica al tiempo que agitaba el librito frente al bebe, como si le mostrara evidencia importante y se la quisiera presumir -… o voy a recitar correctamente las oraciones!- dijo con superioridad a modo de amenaza, sin embargo el pequeño no bajo el sonido de su llanto, difícilmente se podría decir que había prestado atención al inocente chantaje.
-Si lo digo…- agrego subiendo la voz por encima de los lamentos del bebe -…no creas que voy a ir por ti. Te equivocas si crees que cruzare un mundo para buscar a un niño tan latoso y horrible, tan molesto e insoportable!!- entre mas hablaba la chica gritaba más fuerte, y mezclado con el sonido de los estridentes truenos, aquello era un una bomba de sonidos.
Cuando el bebe comenzó a lloriquear aun mas fuerte fue cuando ella decidió, en un arranque de furia, recitar con elegancia y fuerza, con tono alegre a la vez que furioso aquellas líneas escritas en lápiz hace ya muchos años:
“Sin temor suplico un favor a aquel que se que me oyé,
Con verdadera desesperación pido que me apoye.
Sin tardar tu presencia ruego
Al pronunciar tu nombre sabrás que no es juego
Rey de los gnomos, rey de los gnomos,
Por distante que estés de aquí
Llévate a este niño muy lejos de mi.”
Espero un momento, un momento más… pero nada, el bebe seguía llorando y quejándose, no parecía cansarse.
-Perfecto…- dijo molesta la chica llevándose las manos a la cara.
-Pensé que funcionaria, estoy dispuesta a…- pero su voz fue interrumpida por un fuerte trueno que parecía ordenarle silencio.
Comenzó a caminar hacia la puerta, dispuesta a regresar a ver el vídeo en Youtube que no había terminado, cuando se detuvo en seco, murmurando algo para sí misma.
-“El juro hacer lo que a aquella mortal, su amada, quisiera…”- repitió la frase de el cuento que su madre le había contado ya tantas veces.
Regreso al cuarto, y majestuosamente, con una enorme sonrisa, y hablando aun mas fuerte de lo que los rayos la podían acallar, dijo con seguridad:
-Rey de los gnomos, llévate a este niño, apártalo de aquí y llévalo a tu eterno reino, más allá del laberinto, más allá de de la ciudad de los gnomos.- los rayos resonaban cada vez más fuertes, y el niño lloraba aun mas, pero sin detenerse exclamo. –En el nombre de Sarah… me gustaría que los gnomos se lo llevaran muy lejos de aquí en este momento!-
Un fuerte trueno resonó, pero solo eso, nada mas cambio en ese momento.
-Vaya, parece que después de todo sí era solo un cuento mas…- dijo con cierta decepción la chica… pero recordó la ultima parte de la historia… ¡Claro! La ventana.
Se dice que la fantasía existe hasta que tu mismo dejas de creer en ella, y con la mayor emoción que esta chica podía sentir, confiada de lo que pudiera encontrar, corrió hacia su habitación, donde estaba ese legendario ventanal, abrió la puerta con cierto temor, y al ver hacia adentro…
Las palabras no podrían expresar con exactitud lo sintió al verlo ahí, parado frente al ventanal, con esa vestimenta que difícilmente se podría olvidar o confundir… era él, Jareth, el rey de los gnomos.
-¿Jareth?- dijo con una enorme sonrisa en el rostro la chica a verlo, era exactamente igual, parecía salido de un libro de seres mágicos, era increíble, y ella lo sabía muy bien.
-¿Sarah?- dijo algo confundido el hombre envuelto en ese brillante halo de magia.
-No- dijo entre risas la chica. –Soy su hija.-
Jareth adopto una expresión entre la confusión, la alegría, el escepticismo y la nostalgia, parecía no creerlo, o no quería creerlo.
-Se tu nombre porque mi madre me contaba historias tuyas cuando era pequeña.- dijo aun sorprendida la chica, pero Jareth parecía estar molesto, y posiblemente no escucho lo que le había dicho, así que se dirigió hacia la cuna del bebe y tomándolo en brazos se dispuso a llevárselo.
-A mi tío no le va a gustar nada que te lleves a Tony- dijo algo preocupada la joven al tiempo que Jareth se lo entregaba a un goblin.
-Lo dicho…-
-¿Dicho esta?- concluyo la chica riendo.
Jareth la miro molesto.
-¿Tu tío, dices?- pregunto al tiempo que el niño desaparecía.
-Sí, me dejaron encargado a mi primo Tony.- pero se dio cuenta de que esa información no era la que estaba buscando el rey. –Anthony es el hijo de Tobías… tu lo conoces como Toby, supongo.-
Jareth no podía creerlo, Toby, el “pequeño Jareth”, su heredero, ahora tenía un hijo propio. Deben entender lo devastador que fue para el intentar procesar tantas noticias, tantas cosas que no podía y no quería entender.

-Imagino que quieres al niño de vuelta- dijo Jareth sin mirarla, en verdad se notaba molesto y triste, su amada se había casado y ahora tenía una hija, y su heredero igual… el no envejecía… pero no soportaba que su historia, aquel dulce sueño de años atrás, la fantasía mas hermosa que había tenido, se había terminado hacia mucho, mucho tiempo.
-No, no lo quiero de vuelta…- dijo la niña acercándose lentamente él, con algo de temor y mucha inocente emoción. –Pero quiero irme también contigo.-
Jareth volvió a verla sorprendido, había estado tan molesto con la noticia que al escuchar aquello al fin se detuvo a mirar a la chica… al hacerlo sonrió, volvió a ser el rey que Sarah relataba en sus historias.
-¿Que dices? ¿Nos vamos?- dijo la joven alargando la mano para cerrar el trato.
El rey soltó una risa inocente y dándole una palmada en la cabeza se alejo hacia la ventana para irse.
-Te pareces mas a tu madre de lo que crees, dando todo por hecho.- dijo Jareth con cierta nostalgia.
-Dame trece horas para encontrarte…- dijo la joven antes de que el rey se fuera. –Dame trece horas igual que a mama, si te encuentro, me dejaras vivir ahí, si no… te quedas con Tony…- dijo finalmente.
-No tengo tiempo para…- pero la chica volvió a sacar el libro, uno rojo, pequeño, con hojas desgastadas, en cuya portada se leía en letras doradas “Laberinto”, el cual Jareth reconoció.
-En el nombre de Sarah…- recito la chica con una sonrisa burlona e inocente. –me gustaría que aceptaras la apuesta.
Jareth se asombro, ella sabia que el no podía negarle nada a Sarah, y hablar en su nombre, sin malas intenciones, era algo que no podía ignorar.
-Lo que usted… ordene.- dijo haciendo una pequeña reverencia a modo de aceptación.
El mundo se convirtió en un negro total para la chica, y al abrir los ojos, vio el árido  nostálgico y amplio paisaje de “Laberinto”.
-Supongo que sabes las reglas…- dijo Jareth ya un poco mas alegre. –Tienes trece horas para llegar al castillo mas haya de la tierra de los gnomos, si lo logras tu ganas, si no, yo me quedo solo con el niño y tendrás que inventarte alguna escusa para explicar que perdiste a un bebe.- dijo muy burlón mientras aparecía el reloj de trece horas.
-Mi madre si me creerá que fuiste tú.- canturreo la joven, a lo que el hombre la miro con una sonrisa divertida, como si recordara aquellos momentos hacia tanto tiempo.
-Bueno que esperas!?- lo apresuro la chica.- Ya vete a esconder!- dijo antes de reír un poco.
Jareth desapareció mientras meneaba la cabeza y reía, esa niña le recordaba a Sarah de una manera muy extraña, y luchaba por entender el porqué.
La chica camino rápidamente, había escuchado a su madre cada que relataba una historia acerca de Jareth o Laberinto, cada que contaba un relato acerca de Ludo y Sir Didimus, pero claro que su madre no le decía que eran reales, mas sin embargo ella sabía que lo eran, siempre lo supo por la forma en que daba énfasis en ciertas partes, como si fueran recuerdos y no simples cuentos de un libro de su infancia.
-Ahora… tengo que buscar la puerta… o a hoggle- pero no encontró a nadie por ningún lugar, solo plantas con ojos y algunas hadas que rondaban como zancudos, quizás entrar le fuera a ser más difícil de lo que su madre le había contado.
-Pareces perdida- dijo una voz que se acercaba. Se trataba de una vieja gnomo, por un momento pensó que era la mujer de los cachivaches, pero esta era un poco más alta, y su voz era aun más grave, posiblemente era ya muy vieja.
-Sí, bueno, un poco, simplemente no he podido comenzar mi viaje… - dijo la joven acercándose a la mujer, que ataviada con harapos caminaba con dificultad. –¿Podría decirme donde queda la puerta del laberinto?-
-Claro que sí, mi niña!- chillo la mujer mientras corría a trompicones hacia la pared del laberinto. –La puerta siempre está aquí, nunca se pierde!- dijo antes de reír largamente.
-Gracias- dijo la chica al ver abrirse una enorme puerta frente a ella, aunque había pasado por ahí un millón de veces antes. –Tengo que ganar una apuesta y no pienso perderla- aclaro risueña la hija de Sarah antes de comenzar a caminar.
-Una apuesta?- pregunto intrigada la vieja abriendo los ojos como platos. –Y contra quien? si se puede saber-
-Se lo contare todo si me acompaña- dijo la chica señalando el largo y recto camino del laberinto.
-No creo que quieras que te acompañe…- murmuro la vieja –Yo soy muy lenta y te voy a hacer perder preciado tiempo, no, no, yo solo voy a caminar por aquí.
-Vamos!- dijo la chica insistente y risueña.
La vieja lo pensó un poco, parecía algo molesta, pero decidió acompañarla.
-Las viejas como yo no deberían ayudar jovencitas lindas como tu, no.- aseguro la gnomo.
Caminaron por un rato, en el cual la chica le contó de su apuesta con Jareth, de su primo Tony y de lo que había pasado, mientras que la vieja le mostró el camino para salir de laberinto, aunque a veces se detenía en seco y dudaba de la dirección que estaban tomando, para tiempo después retomar la marcha o continuar por otro lado.
Avanzado ya largo trecho, y llegadas a una extraña planicie, la niebla se hizo presente, acortándoles la vista por momentos, y para darle más problemas, comenzaron a escuchar ruidos, como gruñidos y golpes, pero la chica no se inmuto, sabía bien quién era.
-Ludo?!- grito la chica.
A lo que un gruñido le respondió, seguido de un inconfundible vozarrón:
-Sarah?? Sara amiga!- decía ludo cada vez más cerca.
-Soy la hija de Sara, pero puedes llamarme Sara si quieres, dijo al encontrarse frente al enorme monstruo.
-Sara hija?- dijo el monstruo confundido y acto seguido la abrazo con ternura, como si se tratara de una amiga perdida desde siempre.
-Sabes cómo salir de este lugar?- pregunto la chica claramente a Ludo.
Ludo lo pensó un momento, hasta que finalmente, a través de la niebla, señalo un camino escondido entre rocas.
-Pantano!- dijo sin dejar de señalar.
-¿El pantano?- repitió la chica, pero tardo un segundo en recordar. –¿El pantano de la eterna hediondez está ahí?-
-Apesta!- dijo Ludo como negándose a ir.
-Lo sé, pero es el único camino seguro.- dijo la chica mientras guiaba de la mano a la anciana.
Con horror y mareos pasaron el pantano, encontrándose a Sir Didimus en la puerta, que aunque se negó a acompañarlos, le dio gusto ver a esa chica.
-Encontré a todos los que mi madre menciono… excepto a hoggle.- suspiro con pesar la chica cabizbaja.
-Quien necesita de ese horroroso enano asqueroso??- gruño la vieja de pronto.
-Tranquila!- dijo la hija de Sara asustada. –Parece que lo conocieras, pero mi madre dice que él era uno de sus mejores amigos, igual que ludo, y que hoggle solo quería tener amigos, aunque lo negara por ser tan obstinado y miedoso, pero mi madre igual lo quería mucho.- dijo la chica como recordando a un viejo amigo que ella conociera también.
-Pareciera que tu madre paso una muy buena aventura en este lugar… ¿Cuándo fue eso?- dijo la vieja sin mirar a nadie en especial.
-Hace muchos años, mi madre apenas era mayor que yo cuando…- la chica hiso una pausa para suspirar.
-Cuando que, cariño?? No te detengas, te escucho claramente aunque sea vieja.- dijo la gnomo caminando más aprisa.
-Cuando quiso que Jareth se llevara al tío Toby… mama dice que nunca olvidara aquello…- dijo mientras veía un árbol de duraznos, llevando a ella recuerdos que no eran realmente suyos.
-Entiendo, entiendo… y ¿Qué tanto te ha contado tu madre acerca del rey?- continúo la vieja sin detener el paso.
-Me ha dicho que él era bastante terco y orgulloso… pero que al fin y al cabo el la quería, y luchaba contra ambas facetas, ser el rey de los gnomos y estar enamorado de una joven mortal.- dijo en tono ensoñador.
-Suena muy interesante, si, muy interesante diría yo, me parece que tuvo grandes recuerdos de él, ¿no es así?- dijo la anciana con un interés casi inocente.
Estuvo entonces contándoles muchas historias y cosas que su madre le había dicho, les contó que su madre siempre decía que eran cuentos, pero que ella sentía una cierta nostalgia en su voz, sabía que extrañaba ese lugar, le contaba de cada lugar en laberinto y las enseñanzas que este le dejo, conforme les contaba, se sentía muy bien, como si contar aquello la llenara de vida y reviviera los recuerdos que su mama no quiso dejar ir acerca de ese lugar.
-Tengo la sensación de que hemos visto ese árbol de durazno… al menos diez veces hoy.- dijo confundida la chica.
-No… como crees?- dijo la vieja acercándose al árbol –este árbol esta torcido, no, no es el mismo, no puede ser.- aseguro antes de volver junto a la chica.
-Alguien sabe…- dijo angustiada la chica. -… ¿qué horas son?- nadie dijo nada, habían hablado fácilmente por horas, y parecía que ese camino no llegaba a ninguna parte realmente, y el castillo no se veía por ninguna parte en el horizonte.
-Que mal…- sollozo la chica casi al borde de las lagrimas al vislumbrar muy lejos el castillo, parecía que después de tantas horas, apenas estuviera empezando su viaje.
-Parece algo injusto, ¿no?- le dijo la anciana dándole una palmada en la cabeza cuando se sentó junto a Ludo sollozando en silencio. – Según tengo entendido falta poco para que se cumplan las 13 horas, y no podrás llegar con Jareth, no, no lo creo.- dijo la anciana con una mueca de tristeza. –No es justo ¿o sí?- repitió la gnomo con pesadez.
Pero la chica levanto la cabeza sonriendo, faltaban no menos de cinco minutos para que el tiempo que el rey gnomo había impuesto para ella se cumpliera.
-No, no lo es, pero aquí nada es lo que parece ser…- dijo levantándose y dirigiéndole una mirada a la anciana, que la miro algo confundida. –… ¿o si Jareth?- dijo la chica retadora.
-¿Q…que… a que te refieres?- mascullo golpeadamente la vieja dando un paso hacia atrás.
-Jareth, se que eres tu.- dijo la jovencita con una lagrima en la mejilla, pero era imposible saber si era de alegría, de nostalgia o de emoción. –Lo supe desde que me dijiste donde estaba la puerta, porque mencionaste el tiempo que me harías perder, pero yo no te había dicho lo importante que sería el tiempo desde entonces, solo tu lo sabías…- dijo la chica, a lo que la anciana se sorprendió, su rostro se deformo en una mueca de terror y molestia, y estallando en una furia descontrolada volvió a su forma real, siempre había sido Jareth, todo el tiempo estuvo guiando el camino de la chica, pero la desviaba cada que mencionaban a Sarah, y la joven lo había notado.
-No te pedí mucho!- grito Jareth quitándose de encima los pesados harapos que con magia lo convertían en un horrendo gnomo a su gusto. –lo único que quería era que me dejaras en paz de una vez, ya conociste laberinto, ya conociste a Ludo, déjame en paz y lárgate de mi reino!- grito antes de darse media vuelta y comenzar a caminar furioso y con los puños apretados. Estaba triste, eso era obvio, lo estuvo desde que se despidió de Sara hacia exactamente treinta y cuatro años, y ahora esa niña creía que era aceptable molestarlo, jugar con el, restregarle en la cara la hermosa vida que Sara, su amada y dulce Sara tuvo fuera de laberinto…
-Ella también te ama, Jareth…- dijo rompiendo el silencio la chica.
-Eso… eso no es cierto!- dijo furioso el rey, casi al borde de las lagrimas, sin mirar a esa chamaca maldita que ahora también jugaba con sus sentimientos.
-Créeme.- dijo la chica acercándose temerosa a él. –Jamás ha dejado de hablar de ti, y la he escuchado suspirar cuando ve la ventana de mi cuarto…- la chica se acerco y tocándole el hombro se aseguro de que hacia un esfuerzo por no llorar.
-Cállate de una vez y regresa a tu casa, te regresare al niño, solo… vete!- le gruño el rey intentando alejarse de el.
-Sé que no me lo creerás, pero su mundo cambio desde ese día, lo sé, y tú debes creerme Jareth…- le dijo la chica
-No… tu…- pero Jareth no termino la frase, la chica se había puesto frente a el.
-Ella repite todos los días, aunque cree que no la escucho, la misma frase cuando escribe sus libros: “Te temer y te amare… no importa que tan extraño sea, porque nada es lo que aparenta ser”- acto seguido volvió a acercarse a Jareth.
-Ella te dijo algo asi a ti?-
-No… ella dijo lo contrario ese día…- dijo con lastima.
La chica lo abrazo, aunque el intento empujarla, ella lo abrazo cuanto pudo.
-Créeme…- dijo la chica sin soltarlo. –Fuiste lo más importante para ella.
-Y tu padre?- dijo en un tono celoso, pero la chica lo volteo a ver sonriente.
-No tengo padre, lo abandono cuando yo tenía un año.-
Jareth se asombro de aquello… y abrazo a la joven.
-A todo esto…- dijo el rey mas relajado. -No se cual es tu nombre-
La chica le sonrió dulcemente.
-Qué raro…- dijo bastante extrañada. –ella una vez dijo que tu sabias mi nombre.
Pero fueron interrumpidos por Ludo, que parecía roncar sobre una roca.
-Creo que es hora de que regreses a tu casa.- le dijo Jareth sonriéndole, y al mirarla de nuevo, mirar aquellos ojos, esa mirada que parecía esconder un dulce secreto, recordó a Sara, tan dulce y linda ese día, sintió por un momento algo que había olvidado: aquel baile con Sara.
-Eres muy parecida a tu madre- le dijo antes de que todo se arremolinara a su alrededor y despertara en su cama, con la ventana abierta.
-Hija! Donde estas?- gritaba una Sara adulta desde la sala.
-Aquí arriba mama, no me vas a creer lo…- pero la chica no termino de contar su experiencia, lo cual extraño a Sara, y preocupada corrió hacia la habitación de su hija, aquella con el ventanal.
-Hija, que me de…- pero ella tampoco termino de decir lo que estaba a punto de decir, dentro de ese cuarto, enfrente de la ventana, estaba Jareth, exactamente como lo recordaba de aquel día. Una lagrima rodó por su mejilla, al ver a su hija a un lado de el con semejante sonrisa, incluso parecía decir “Mira lo que me encontré!”.
-Jareth?- dijo casi en un suspiro Sara, la cual no solo era más alta, sino más hermosa aun como una mujer madura.
-Pensé que no te volvería a ver Sara- dijo Jareth con su común severidad dirigiéndole una sonrisa, igual que aquella vez.
-Yo espera volver a verte…- dijo Sara con la misma inocente sonrisa que tenia hacia más de treinta años.
Jareth volteo a ver a la chica, que le dirigió una mirada que decía “te lo dije!”.
-Pensé que no querías estar conmigo… que nunca querrías regresar a Laberinto…- dijo el rey acercándose a la mujer lentamente, como quien reclama algo con tristeza sin poder hacer nada.
-Aun no podía irme… Jareth. Sabía que lo maravilloso era mejor cuando no duraba para siempre, y ahora mi hija te conoce,  y mucha gente sabe de algunas cosas de Laberinto, porque no pasa un día en el que no lo recuerde y le cuente a alguien mi historia.
-Y tu esposo?- dijo cortante y al punto Jareth
-Nunca me case, solo quería tener una hija a la cual contarle todo esto… y el, me di cuenta de que no eras tú, no lo seria y no iba a ser feliz mintiéndome así.-
Jareth sonrió y se apresuro a abrazarla, un abrazo que había esperado tanto tiempo, tantos años… hasta que ella lo beso rápidamente, fue algo más significativo que real, era solo un recordatorio de aquel día.
Pero Jareth volteo a ver a la chica, quien ensoñada los miraba con alegría y emoción.
-Y dime ¿podrías decirme cual es su nombre?- pregunto el rey sin dejar de abrazar con ternura a Sara y señalar a su hija.
-¿No sabes su nombre?- dijo Sara sorprendida y burlona mientras caminaba hacia ella.
-Es mi hija… nada mas.- dijo Sara intentando imitar la forma de hablar de Jareth.
La cara de Jareth se ilumino, como si de pronto toda esa espera hubiera valido la pena, asegurándose de que Sara nunca lo había olvidado.
-Mucho gusto…- dijo ceremoniosamente extendiéndole la mano a la chica para tomar la suya. –Cristal.- dijo besando suavemente el dorso de la mano de la chica.
-Nos lo podemos quedar mami?- dijo Cristal algo sonrojada mirando a su madre.
-No, cariño, el tiene que volver al reino de los gnomos…- dijo Sara de modo amable.
-Pero puede volver cuando quiera.- aseguro esta vez.
-Tras años incontables…- comenzó a recitar esta vez Jareth. –Eh innumerables tristezas, yo he llegado más allá de los confines de la fantasía, para reclamar el corazón que tú me has hurtado. Porque mi voluntad es fuerte y mi reino tan poderoso como el tuyo…- Jareth dio una reverencia antes de desaparecer, dejando detrás suyo un único murmuro que rezaba: “Pero no tendré poder sobre ti”
-Algún día volverá?- pregunto Cristal algo triste.
-Claro!- dijo Sara con alegría. –El vuelve cuando menos lo esperas, pero el solo no puede venir.
-Y como podrá venir entonces?
-Alguien tiene que abrir la puerta a laberinto, porque el no puede abrirla desde ese lado.
-Quien podría hacer eso?- dijo Cristal metiéndose en su cama.

-Cualquiera, solo falta que lo comience a sepan de laberinto de cualquier manera, que alguien lo esté narrando, alguien que lo menciona y otro secunda la historia, o alguien que lo escriba con emoción y alguien lo lea con fascinación, escuchando en su mente la historia, aunque no lo sepa, ha abierto la puerta de laberinto, a cada letra que lee, con cada escena que imagina… porque laberinto siempre estará ahí. Esperando a ser descubierto una y otra vez.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

CaNiBaLiSMo...

El canibalismo puede ser visto como una de las cosas mas repugnantes de este planeta; comerse la carne de los de nuestra misma especie es antinatural y enfermizo, mas sin embargo el canibalismo en ciertas formas se a llegado a justificar algunas veces.

La antropofagia, como se le conoce a la ingesta de carne humana, puede deberse, en tiempos antiguos, a muchas razones, una de ellas era que, durante una pelea, el vencedor comiera el corazón del perdedor si este había sido fuerte, esto, según se pensaba, le brindaría valor y resistencia contra los futuros enemigos. Otra razón podría ser algo único en esa persona, como un albino o un jorobado, que se pensaba que su carne podría servir para medicamentos y remedios milagrosos. Una mas era la creencia de que el ser humano tiene un tiempo de vida, solo uno, y al ser asesinado ese tiempo de vida restante aun existía, y la gente suponía que al comerlo, su tiempo de vida podría ser mas largo.

En México tuvimos el caso de José Luis Calva Zepeda, mejor conocido como "el caníbal de la guerrero" o "el poeta caníbal". Es muy curioso este caso, ya que el sujeto era excelente poeta, escribía libros y obras de teatro completas, incluso tenia un libro que escribía poco a poco llamado "Instintos caníbales".
Fue detenido el 8 de octubre del 2007 tras la denuncia que lo vinculaba con tres homicidios y canibalismo. Según se supo, el poeta enamoraba chicas, pasaba largas horas en bares y restaurantes escribiendo sus poemas, salia con una chica por un tiempo y tras algún tiempo, las mataba y se las comía, sin remordimiento alguno.
Cuando quisieron detenerlo el salto por su ventana, lastimándose de gravedad en la cabeza, fue cuando en su cuarto encontraron toda esa poesía, todas esas obras, incluso una imagen de Anthony Hopkins en su papel de Hannibal Lecter adornaba una pared.
Fue encerrado tras descubrir que una parte del cadáver de la ultima victima estaba escondido en el armario, había partes de cuerpo ya cortadas en el refrigerador y el antebrazo aun estaba friéndose en el sarten.
"El poeta caníbal" apareció muerto en su celda el 11 de diciembre del 2007, el había estado escribiendo aquel libro, "Instintos caníbales", todavía, y en la ultima pagina, antes del "Fin", había escrito su propio suicidio.

La Vorarefilia es el placer orgasmico al ser comido vivo, comerse a alguien vivo o ver como se comen a alguien, es posible que sea una de las "filias" mas extremas y raras del mundo, sin embargo existe, por muy aterrador que llegue a ser.






miércoles, 28 de diciembre de 2011

FaLLo De oRGaNoS...

Hace tiempo, buscando videos de uno de mis comics/manga favoritos, escuche una cancion que me llamo la atencion, solo duraba 5 segundos para pasar de una escena a otra, era como el intermedio, y como soy muy terca, busque un buen rato la cancion completa, cuando la encontre al fin volteé medio internet hasta saber de donde era, tras unas horas (y haber escuchado la cancion completa 15 veces en youtube y mi celular) encontre la pelicula a la que pertenecia.
La cancion era "Zydrate Anatomy", y la pelicula "Repo!: The Genetic Opera", no podia evitar la fascinacion extraña que sentia hacia esa pelicula, era un conjunto de factores lo que hacian que deseara verla y escucharla, desde la luz azul mortecina que invade algunas partes de la pelicula, el hecho de que era una opera (con el obvio sonido de guitarras electricas), la idea de tener que pagar por tus organos como si fueran de renta, quisa el aire gotico y misterioso...
Posiblemente nunca entendere del todo porque decidi verla aquel dia, y desde entonces la e visto 4 veces y escuchado las canciones en mi celular.
Lo mas curioso posiblemente es que aquella pelicula no podria considerarse un clasico, de hecho no se proyecto e todas las salas de cine en estados unidos, y peor aun, estoy segura de que no llego a mexico como pelicula, sino que solo algunos pocos la conocimos de una forma particular como yo.
Al menos yo considero esta pelicula como una de las pocas que merecen recordarse por su historia, por el efecto que produce en quien le gusta este tipo de peliculas, un poco gotica, un poco sanguinaria, con musica tipo opera/metal, con una historia bien elaborada... 







Posiblemente el Zydrate me ayudaria mucho a dejar de sufrir, no me molestaria en absoluto huir de los  "Repo man" , mi mente retorcida me lo agradeceria.

viernes, 16 de diciembre de 2011

JueGoS oNLiNe...

Cuando no tengo nada mejor que hacer en la computadora siempre me es reconfortante jugar un par de juegos de terror y suspenso, me gustaría escribir acerca de algunos que son mis favoritos, como " Hotel 626", un juego que solo puedes jugar una vez en la vida... no, no es porque mueras al final, sino porque tienes que ingresar una dirección de correo valida, y solo puedes ingresarla una vez, de todas formas, si tienes 2 o mas cuentas, podrás volver a jugarlo, pero no cuando tu quieras, el hotel solo abre de 6 de la tarde a las 6 de la mañana, así que jugarlo en invierno, cuando la luz del sol se va a las 5 de la tarde es perfecto. Los gráficos no son ni dibujos ni por computadora, son reales, personas reales en un lugar real, como si aquello fuera en vivo.
En este hotel despiertas e intentas salir de hay cuanto antes, pero existen muchas pruebas y obstáculos que te aran difícil continuar (y evitar no gritar) como por ejemplo una habitación oscura donde debes usar el flash de la cámara para encontrar a una chica, otra donde una niña duerme, y no debes hacer ruido, porque, por cierto, este juego te pide que autorices el uso de micrófono y cámara si la tienes, en otra habitación hay un hombre que parece estar verdaderamente loco, y te susurrara en código la clave para salir de ese cuarto, si no puedes, el mismo apagara el único foco que te alumbraba en su habitación (este es mi obstáculo favorito, y casi nunca lo paso).
Otro juego podría ser "The house" un juego de "señalar y clikear" muy interesante, pues estas en una casa abandonada y algunos artículos como una carta, una muñeca o un dibujo te ayudaran a descifrar lo que les paso a los integrantes de la familia.
Otro juego que me gusta mucho es "Alicia esta muerta" y es un juego de recoger cosas para usarlas después.
En este juego (que es una saga de 3 partes) apareces frente al cadáver de Alicia (Alicia en el país de las maravillas) sin saber quien eres o que haces hay, solo te queda descifrar poco a poco el crimen y saber la verdad de quien eres, que sucedió, quien estará detrás de todo eso y sobre todo... que hiciste tu.




Es interesante jugar en un día nublado, es todo lo que mi mente retorcida puede pedir para calmarse...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

SLeNDeR MaN...

Hacia mucho no escribia, y eh deseado regresar para escribir una de las leyendas urbanas que mas me a llamado la atención: Slender man, (o el hombre delgado en español).
Se cuenta que empezó como un "Creepypasta" que se escribió en un foro hace ya muchos años, narraban la existencia de un hombre muy alto y delgado, cuyos brazos puede extender, incluso que de su espalda surgen tentáculos o que tiene 4 brazos y no 2, que usa un traje negro que te hace recordar a "los hombres de negro" y que comúnmente se le ve en bosques, pero también se cuenta que no todos pueden verlo, pues prefiere raptar niños y antes de hacerlo los tortura con pesadillas noche tras noche.
También se dice que  se le aparecerá sobre todo a quien sepa de su existencia, y que ya que su historia fue difundida por Internet, cualquier intento de foto o vídeo no saldrá ni bien ni mal.
Esta leyenda urbana se escucha falsa y es común pensar que solo se necesita imaginación para crear algo así y una computadora con Internet para hacerlo masivo, pero da la casualidad de que existen datos de un supuesto hombre alto y muy delgado que robaba niños en el siglo XV, incluso se encontraron dibujos de esa época que muestran al susodicho llevándose a un niño de la casa de sus padres.
Marble Hornets era el nombre de una película que se planeaba hacer con el tema de Slender man, pero el creador nunca la termino, pues comenzó a tener paranoias e intento quemar las cintas ya grabadas, un amigo suyo las rescato y las subió a youtube, no volvió a saber nada de su amigo, dicen que se fue del país.En las cintas se ve claramente que alguien lo perseguía y lo asechaba, pasado el tiempo, el chavo que se quedo con las cintas comenzó a sentir que también lo perseguían a el, una versión que escuche hace tiempo contaba que el primer chavo que gravaba posiblemente supo algo que no debía saber.
Sea real o no, este mundo es muy grande y complejo, y no debemos descartar que este habitado por mas seres de los que conocemos, que existan cosas que no sabemos, y que posiblemente nuestras mentes no deben conocer.
Yo estare lista por si lo encuentro, ya no me afectaria verlo, incluso creo poder invitarle un te en mi patio, mi mente ya no podria estar mas retorcida en este punto.